16 de octubre de 2007

LEE


Ya quisiera tener la suerte de algunos. Dormir, comer rico (no engordar), y no trabajar. De vez en cuando escribir algo que me provoque, y tomarme unas cervezas sin pensar en resacas. Ya quisiera tener la suerte de algunos que no piensan en el mañana, que no temen la muerte, que no se agotan nunca, que viven la vida sin mirar atrás.
Los años me han enseñado a pensar demasiado, y no sé si eso es bueno o malo, solo sé que ello no es tan saludable. Te duele la cabeza, y se te quiebran las fuerzas.
Estar bien es un objetivo, una meta diaria. No es fácil vencer el estrés y la pena. No es fácil llevar por la vida una sonrisa. Hay tantas cosas que impiden a uno sonreír. He aquí las cosas que odio las 24 horas del día.
-Los taxistas. Nunca quieren ir ni a la esquina, nunca tienen sencillo, cobran lo que les da la gana y encima no se toman la molestia de limpiar su carro.
-Las cajeras (De Metro, Tottus, Wong, Sodimac, Ace, Ripley…). Sonríen y son inútiles por naturaleza. Quisiera que las más guapas sean la excepción, pero no puedo. La estupidez que ostentan me nubla la visión. De pronto, dejo de mirar el escote de sus blusitas y me pregunto por qué no tengo una pistola y les perforo el corazón.
-Los guachimanes. Siempre tan pegados a la letra. Odio que me pidan abrir mi cartera y a la hora de la hora ni siquiera husmeen bien. Jamás se dan cuenta de que llevo una bomba.
-Los gordos y las gordas. Ya suficiente conmigo. No soporto gordos en las colas, gordos en la combi, gordos en el trabajo, gordos en la calle… No tendría un (a) gordo (a) en mi cama. Y si alguna vez lo tuve, fue ayer y no me acuerdo.
-Los que tienen un celular más bonito que el mío. Los envidio terriblemente. Ruego que se les raye la pantalla como a mi se me rayó, que alguien se los arrebate en la avenida Emancipación, que se les pierda (y caiga en mis manos)… Ruego que mi celu no pase de moda, pero ya está pasando.
-Las parejas tacañas. No soporto que no me den regalos, que no me compren tonterías, que no me paguen el taxi de vez en cuando, que siempre digan A MEDIAS, como si esa palabra pusiera fin a su absurdo ahorro.
-Los que recuerdan hazañas de antaño. Esos que viven del pasado (como yo), contando lo que hicieron y dejaron de hacer, como si todo tiempo pasado fuera necesariamente mejor.
-Los que tienen más amigos y vistas en su HI5.
Ah.... Odio a Alan García, odio a Pilar (por los cuernos), odio a Daysi Ontaneda (por arruinarle la vida a Paula Marijuán), odio a Rosa María (por asumir que su programa es un juzgado con reos en cárcel), odio la voz impostada de las reporteras de la tele, odio la voz agitada de los reporteros de la radio, odio a cierto tenor y a cierto personaje de la Gran Sangre, al cual no encuentro gracia. Odio las grabadoras, amo mi Mp3, pero quiero uno mejor, por eso lo estoy odiando en estos días. Odio mis carteras, porque nunca son lo suficientemente grandes, y cuando son grandes son insoportablemente feas.Odio mis zapatos porque nunca duran. Odio mis sortijas porque se me pierden. Odio que mi gata más querida me mire, a veces, con odio.