Todavía no me subo al avión ya estoy contando las horas, porque Lima me está asfixiando, y necesito partir lo más pronto. Quiero escribir un post muy breve, casi elemental, sobre el amor, pasado ya el 14 de febrero.
El amor te duele, pero te hace inmensamente feliz. Entiéndase por felicidad una suma de momentos. No puedes ser feliz las 24 horas del día porque serías un ET. Se trata de momentos, fugaces y de eterna recordación. Uno recuerda siempre esas escenas de felicidad. Nunca se te van de la mente. Son como fotos en blanco y negro, de cuando eras chico y tu mayor preocupación era salir a la puerta y estar con los amigos, hablando del grupo Menudo.
El amor te llena de energías. Se parece a un Red B. Tiene una duración de tres horas, con suerte. El amor te pone arriba y luego te manda al fondo del hoyo. Pese a ello, recuerdas el instante Red Bull como la foto digital que tomaste, mejoraste y colgaste en tu Hi5.
El amor es parte de tu vida. No quieres quitártelo y cuando no está lo buscas o lo esperas con desesperación.
Alguien dijo o cantó que sin amor no tienes nada. Y es cierto, aunque profundamente cursi. He dicho, aquí o en cualquier parte, que soy demasiado cursi. Y siento, cada segundo, que sin su amor no sería nada, no tendría nada, ni siquiera las ganas de escribir este post. Sé que ella más que cualquiera será la primera en leer cada tontera que escribo. Disfruta, odia o llora mis palabras. No importa. Sea como sea estoy convencida de que pondrá sus ojos aquí, y -por lo menos- tendrá muy claro que solo a su lado quiero estar, así no siempre tenga las alas red bull o la sonrisa Kodak. Ella (R) estará aquí.
Cursi no creo que sea...si comes un dulce delicioso y lo gritas al mundo entero lo riquisimo que es, el unico sentimiento que puede producir es envidia...para aquellos que no pueden probar...esa delicia. Delicia tuya
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