27 de abril de 2008

Mi blog


No seré como Renato, a quien mi novia lee más que yo. No diré que me voy, para nunca irme. No inauguraré segunda temporada. Simplemente cuando me vaya no habrá más post y punto. Lamento haberlo dicho en una anterior oportunidad, casi me sentí como el buen Renato al leer por allí a chicos como Jaime y Fabricio, recomendándome que no cierre el blog. Jaime y Fabricio, mis ex alumnos y buenos lectores.

No busco novia, porque ya la tengo, así que seguiré adelante, con estos relatos que leen los que me quieren y los que me odian. Es cierto que ahora me pienso cada palabra y no sé por qué. Asumo que es solo cuestión de tiempo. Por lo pronto, respondo aquí algunas preguntas de los últimos días.

Alguien me dijo que para qué diablos tenía un blog. No era mejor un diario, más íntimo, más romántico, más de uno. Seguro que sí. Pero yo nunca tuve un diario, porque mi mamá lo iba a leer y eso me aterraba. Ahora, por supuesto, mis intimidades -como alguien califica cada post- son públicas. Pero mi mamá no las lee, porque mi mamá es anti tecnología, como era yo antes de enamorarme. Me obsesiona el blog porque es una manera de decirle a unos pocos lo que piensas sin necesidad de tener una columna, un pequeño espacio en una revista o cinco minutos en un programa de radio. Y me provoca a veces decir que fui al psicólogo, que tuve depresión, que Lima me asfixia, que si algún día me caso me casaré con una mujer, y etc blabadas (como dice un amigo) que por allí llaman la atención de alguien tan desesperado por hablar sin hablar como suelo ser yo.

Mi novia me ha dicho que piense bien lo que escribo, porque nunca se sabe con que fines otro lo podría utilizar. Y lo estoy pensando claro. Trato de ser lo más cuidadosa posible, menos descarada quizás, pero no me gusta sentirme con una camisa de fuerzas, y acabo escribiendo lo que me da la gana. ¿Acaso para eso no sirve también un blog?

Una de mis amigas me ha preguntado por qué mi blog es tan huachafo. Por qué ese verde tan -llamémosle- alegre. La respuesta es que las paredes de mi sala-comedor son del color de mi blog. Y no sé por qué me gusta tanto ese color. Soy estridente así no hable. Otra amiga me ha preguntado por qué mi blog es tan lesbiano. Y le digo que porque soy lesbiana, cuál es el problema.

Una persona -llamémosle- seria me dijo que mi blog era bastante zanahoria. No hay sexo explícito, aunque en la cúspide del escandalete ese más de uno pensó que este lugar era el mural de mis orgasmos. Pues no. Es zanahoria. No hay sexo triple X y quizás por eso se llama también ... o no sex, pero a una le hacen mala fama.
Mi novia dice que es algo infantil por el gatito y otras tonterías que descubrí navegando obsesivamente. Y es infantil porque yo también lo soy, aunque no se me note. El estrés me aniquila.

Un lector que me sugiere cerrarlo me escribe: Dios perdona el pecado, pero no el escándalo. No me siento aludida. Las cosas se dieron porque tenían que darse. He vuelto a las sombras y soy feliz.

Este fin de semana estuve muy cómoda en Ayacucho, pensando en qué iba a escribir, pero el sueño me atrapó y dormí, dormí y dormí. Estoy casi renovada, pero sé muy bien que en unas horas la rutina me asfixiará. De solo pensar en mi agenda de mañana me da ganas de seguir en domingo, y eso que los domingos no me gustan, porque se acaban muy rápido y ya es lunes.

Ya es lunes.


23 de abril de 2008

Tu bailadita en You Tube


Este miércoles escribí en Perú.21 sobre la casi maldición de You Tube en manos de ciertos desadaptados. Nunca se sabe cuando será el día de la traición. Por eso, no permitas que te graben. El amor más puro se convierte, a veces, en despecho.

Aquí la columna completa:

(Advertencia: el dibujo de Sheila Alvarado no es pornografía. Este bobo mensaje no es para mis lectores de siempre (los cinco gatos) sino para aquellos que son algo delicados).

19 de abril de 2008

Cuando ya no eres invisible


La tormenta y el escándalo ya pasaron. Me sigo despertando los lunes, los martes y los jueves poco antes de las seis de la mañana para ir a la universidad. Tomo la combi, como de costumbre. Nada ha cambiado. Me parece que algunos intentan preguntarme algo. Otros, los pocos, piensan -lo adivino- que me he afeitado los bigotes y la barba, o que guardo en mis pantalones un pene de plástico. Qué se le va a hacer. Es tan difusa y retorcida la idea que tienen de una lesbiana que solo me queda sentir un poquito de lástima. No me interesa.

Ya leí todos los insultos de los foros. Me llena de ira ser parte de una estúpida sociedad. Es tan fácil juzgar. Ellos que dejan hijos sin padre, que tienen dos mujeres (y a ninguna de las dos complacen), que pegan a sus parejas, que no pasan pensión de alimentos, que abusan del más débil... Ellos son los que me juzgan. Qué gracia y qué rabia. No diré que el Perú es una mierda, aunque a veces lo comienzo a creer. Podría irme, pero me quedo, porque hasta en vacaciones extraño sus calles caóticas y su hedor.
Ni modo. Soportar.
Ya no soy invisible. Una noticia con morbo jamás pasará inadvertida. Y mi noticia tenía morbo, porque el sexo siempre lo tiene en un país pacato. Sabía lo que pasaría.
Cierta vez escribí una columna. Se llamaba LAS MUJERES INVISIBLES. Lo hice pensando en todas esas chicas que vivían y quizás morirían dentro del clóset. Ahora que no soy parte de este grupo -nunca lo fui- y que soy demasiado VISIBLE me pregunto si la vida será igual.
En estos primeros días después del escándalo han pasados cosas buenas. Hombres y mujeres a los que no conocía de nada se me han acercado para decirme que estuvo muy bien no callar. Me han contado sus historias desesperadas y me han abrazado. Chicos que nunca enseñé se me han acercado en el patio de la Universidad para darme su apoyo. Un empleado de limpieza de la San Martín me ha saludado como nunca lo había hecho antes. Colegas con los que nunca hablé se han aproximado para decirme que quizás alguna vez debieron de ser valientes como yo, que siga adelante. En estos días todos me preguntan si la señora Cho me ha buscado para jalarme las orejas o para decirme -en mi cara- que fue un malentendido. (JA). No, señores, ninguna autoridad me ha buscado. Cuando quiero entender la posición de la San Martín simplemente escucho el audio de la entrevista tardía y servida que concedió Cho a su amigo Chema, el curtido periodista que advirtió lo inconveniente de ser gay y tener un blog

No me siento heroína de nada, como alguien lo sugirió. Tampoco soy una víctima.
Simplemente la verdad no me asusta.

La comunidad lesbiana ahora me conoce más. Ya he dicho que nunca milité en nada. Muchos me creían heterosexual. Muy bien, no me molesta. Al contrario, a veces creo que estaba en el clóset o que le importaba a tan poca gente que mi vida prácticamente transcurría en el clóset del anonimato.
No soy muy sociable. Hablo cuando tengo que hablar. Si pudiera estar en silencio o hablando solo con los que quiero sería más feliz. Lo que no puedo dejar de hacer es escribir. Escribo desesperadamente. No miro el teclado. Escribo y escribo. Hasta que siento que las palabras se me agotaron. Entonces fumo, acaricio a mis gatas y busco a mi pareja. Tan sencillo. Tan heterosexual (Ja).
Cuando ya no eres invisible tu vida se trastoca un poquito. Este blog, por ejemplo, tenía muy pocas visitas: mi pareja y cinco o seis ex alumnos. Por allí algún desconocido, pero nada más.

Ahora tengo que cuidarme hasta de escribir. No vaya a ser tomado como una afrenta o un despiadado descaro para los señorones de la radio. Es fácil decir que no me importa, pero me importa. No quiero ir de escándalo en escándalo.
Quisiera recuperar mi anonimato. Pensé en desaparecer este blog y escribir en mi PC únicamente para mí. Lo estoy pensando.
Cierta rata aprovechó mis post para insultar a mi presunta pareja en foros, donde los moderadores no existen o se van a almorzar sin preocuparse de que se filtren comentarios difamatorios. Se colocó el nombre y hasta la dirección de mi supuesta pareja, y se tomaron datos de estas bitácoras para sacar conclusiones absurdas. Una de ellas: ir al psicólogo es estar loca. Gran estupidez de la señora rata.

Es tan fácil insultar al resto en Internet. Yo me pregunto si puedo colocar comentarios como estos en el FORO de RPP o PERÚ.COM : "El señor X (con nombre y apellido), domicilado en X (dirección exacta) ha violado a un chico de 15 años. Tiene Sida y nadie lo sabe". Y hago mención al SIDA porque eso se comentó: Lesbiana = Sida. O quizás este: "El conductor del programa X (nombre exacto) trabaja para X (nombre exacto), por lo que acomoda las noticias a su antojo".
¿Vale? Pues Internet es un cajón sin fondo, donde cualquier cosa puede pasar. Por eso, mi próxima columna gira en torno a la maldición de You Tube en manos de ciertos desadaptados.
Ahora que ya ni me apellido VARGAS sino LESBIANA, porque así me llaman algunos, comenzando desde el presidente que no dijo la señorita o señora Vargas sino la SEÑORA LESBIANA, puedo decir que todo este barullo me dejó agotada y sin ánimos. Pero ya pasó. Ahora me alisto para ser extra visible (no hay remedio) y tolerar lo que venga, incluyendo una batería de insultos.
Cuando ya no eres invisible la vida es más pesada. Lo sé. Qué importa. Amor me sobra. No soy tan débil como lo creía.

PD: La congresista Luciana León -admirada y deseada por hombres y mujeres- me ha escrito una carta de apoyo. Manolo Forno, a quien siempre seguí en sus tiempos de activista gay, también me ha escrito; al igual que Manuela Ramos, y muchos otros, entre ellos mi ex jefe y el gran Fernando Vivas. Pero lo mejorcito de todo es que he sido invitada a la FUNCIÓN DE GALA de la Quinta Edición del Festival de Cine Gay, Lésbico, Trans de Lima. Es mi primera vez. Estoy emocionada. Nunca me habían invitado a ninguna parte. (Gracias Regina). Allí estaré este lunes.

17 de abril de 2008

Salir o estar


-¿Estás con alguien?
-Salgo- y la o se escucha vacía.
-¿O sea tienes pareja?
-Salgo- y la o se quiebra, como cuando te mienten, y es habitual tartamudear o prolongar el silencio.
-No me mientas- digo.
-Bueno, hay alguien especial, la paso bien, estoy tranquila.
-¿O sea es tu pareja?
-¿Importa si es pareja acaso?

Esta película la hemos vivido todos o casi todos. A estas alturas, se sabe, que decir 'salgo' es prácticamente estar enganchado (a).
Extrañamente, yo, el 99% de veces he sido formal. Pareja. Entiéndase por pareja al otro (otra) que tienes al lado, al que te llama varias veces al día, al que amanece a tu lado y baila contigo casi todas las piezas de la fiesta. ¿Por qué tanto miedo a aceptar que ese enganche va en serio?
Es cierto que puede durar una semana, quizás menos. Pero también es cierto que quizás llega a los dos años o más.
Mi actual pareja me planteó 'probar'. Y probamos, pero la asumí como pareja, aunque al comienzo le haya dicho a mi ex: "SALGO CON ALGUIEN". El asunto es que ya serán dos años. Quién se lo podría imaginar. Pasamos tormentas feroces, como esta última, tan pública y devastadora. Pero estamos juntas, mirándonos a la cara las 24 horas del día, odiándonos y queriéndonos.
Peleamos todos los días, pero así es la vida. Mi gata fiera pelea todos los días con sus hijas, pero no las quiere perder, porque a ellas se aprieta cuando tiene frio, a ellas muerde cuando tiene hambre, a ellas jode cuando se ha cansado de dormir, dormir, dormir.
No quiero ver a R -cinco años después- y preguntarle: ¿Sales con alguien?
No quiero que llegue ese momento, por eso no tengo problemas en pedir perdón hasta quedarme sin voz.
Es el amor o algo que se le parece.

11 de abril de 2008

¿Valió la pena?

Todavía no lo puedo creer. Tengo sentimientos encontrados. No me arrepiento de haber denunciado a la Universidad San Martín por haberme pedido la renuncia por el solo hecho de ser lesbiana. Pero tampoco me alegra constatar en carne propia lo homofóbica que es la sociedad. Yo entiendo que las personas tengan reparos con la homosexualidad. Qué se le va a hacer. Así es la vida. Hay opiniones diversas. Pero los insultos, las ofensas y la mentira es lo que me lleva a sentir, por momentos, que este país no tiene arreglo. Yo no he insultado a nadie. Yo he contado mi verdad, sin aumentar ni quitar nada, como corresponde a una periodista que en sus más de 15 años de carrera jamás ha calumniado o difamado a nadie. Sin embargo, llueve de todo.
Una activista me dice que así es. Que no me deprima ni retroceda. Ya estoy en esto. Y no daré marcha atrás. No tengo nada que rectificar. Simplemente dije lo que otros se callan por temor o necesidad. Vivir en el clóset es una opción muy válida que no comparto. Siempre creí que estar fuera te protegía de los ataques. Pese a ello pasó lo que ya todos saben.
Esta no es una cruzada ni nada parecido. No hago apología de la homosexualidad. Y si lo hiciera no sería un delito. Soy como soy. Soy lesbiana y punto. Ni en las aulas ni fuera de clase he invitado a nadie a 'convertirse'. No ha sido mi tema. Y creo que mis alumnos así lo vienen ratificando en mi blog clases de periodismo. La tolerancia me obliga a respetar las opiniones diversas y contrarias, como la de un par de periodistas de peso y de voz engolada que me hicieron saber (o sentir) que quizás lo mejor es estar en el clóset, que quizás lo mejor es no tener un blog, que quizás lo mejor es no decir lo que soy. Total, muchos lo hacen. La doble vida, el mejor recurso para quedar bien con todo el mundo y llenarse los bolsillos cómodamente.
No es mi estilo, lamentable o afortunadamente. Yo no le debo nada a nadie. No tengo por qué ocultarme ni por qué callarme. Mi vida no ha sido un escándalo. Ha sido como la de todos, mejor o peor, triste o alegre, igual que la de cualquiera.
Trabajo en la San Martín (por lo menos hasta hoy), pero eso no me obliga a taparme los ojos y pensar desesperadamente en mi sueldo de fin de mes, en la renovación de un contrato o en el jugoso auspicio para cualquier proyecto.
Ese tipo de periodista soy yo, la que se pierde la oportunidad de un sencillo quizás, pero que jamás JAMÁS perderá su libertad.
De aquí en adelante no sé lo que pase. Me quedo con el cariño de mis alumnos y ex alumnos, con el apoyo de mi familia, de mi pareja, de mis amigos, colegas y jefes. Ojalá haya valido la pena todo esto. Ojalá se entienda que la doble vida no es una opción, como tampoco el escándalo.

Aquí el artículo que causó tanto alboroto.
http://www.peru21.com/p21impreso/Html/2008-04-10/imp2ciudad0877988.html

4 de abril de 2008

Como mi gata

Encuentro este video en un blog muy divertido y de inmediato me doy cuenta que mi gata es igual. Ahora entiendo porque siempre amanezco como si me hubieran masacrado.

Bad Pussy