La pasión se esfuma. A mi me duró casi diez años. Moría por tocar su cuerpo, porque sus manos me rozaran. Podía cruzar Lima entera, en una combi, de madrugada, bajo amenaza de que los pirañitas me destrocen por ir a su encuentro y sentirme su mujer, como siempre. En ese entonces, quizás, mi falta de experiencia y me exceso de entusiasmo hizo que me complaciera con poco. Hoy, a los 32, veo el sexo de otra manera, aunque debo confesar que una nube negra va conmigo de aquí par allá.
Un estudio reciente da cuenta de que la pasión persiste entre uno y tres años. A mi me duró casi diez. "El amor está asociado con la presencia de dopamina, un neurotransmisor cerebral asociado con la motricidad, las emociones y los sentimientos de placer. Quienes deseen una pareja duradera deberán compartir actividades interesantes, ingeniosas y excitantes", explica a Clarín de Argentina la antropóloga estadounidense Helen Fisher.
Y es cierto. Durante casi diez años la seguridad de tenerla pendía de un hilo. Hacía cosas interesantes, ingeniosas y excitantes para tenerla a mi lado. Las hice durante casi diez años. Cuando la tuve a mi lado, durmiendo como ahora, la pasión se fue por un tubo negro.
"En el amor pasional nos obsesionamos por nuestro amado y estamos en éxtasis. Es un estado que no podemos controlar", afirma Fisher,
La pasión es un estado de fiebre. Pasa y se acaba, y se lleva el amor, hasta ese amor que parecía indestructible. Arrasa con las ganas.
¿Qué es lo que queda? En mis sucesivos insomnios he llegado a la conclusión certera que lo que queda en esta cama es compañerismo, confianza, seguridad, respeto ( a mi manera, yo sé como), solidaridad. La miro dormir, con sus piernas ahora bronceadas, un short verde limón, y un polito de tiras gris y pienso que esa mujer, que aún me gusta, ha sido mi mujer siempre. Hace un puchero al dormir, como si protestara constantemente contra mis impertinencias, y no puedo evitar sentir que allí está buena parte de mi vida.
¿Hacia dónde te lleva un nuevo amor? Salto al vacío. Llamémosle cobardía. Sí pues. Si la pasión, como dice Fisher, se acaba entre uno y tres años, yo me pregunto para qué darme el gusto de uno o tres año de pasión, cuando al final también se me irá todo por el tubo.
Posiblemente, este sea mi lugar. Asomo a la ventana. Los cerros no me dejan verte. Me duele el alma. ¿Por qué es tan difícil decidir?
1 comentario:
creo que siempre se quiere lo que no se puede y cuando lo tienes solo lo querras por unos años chance 3, para mi fueron 4 y ahora solo la quiero cuando no la veo, que curioso.
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