4 de diciembre de 2007

A los 33

En unas horas cumpliré 33 años. Dice el doctor Maestre que cada vez que uno cumple años una serie de sentimientos adversos confluyen, lo cual genera depresión y hasta brotes de enfermedad. El miedo es tremendo. Te preguntas si lo que has hecho hasta hoy ha estado bien o mal, si has logrado tus metas, si has llorado lo suficiente ya, si tu relación perdurará otro cumpleaños, si tu gata adorada seguirá contigo hasta los 34... Es cierto lo que dice Maestre. Un aluvión de preguntas cae sobre tí. No sales bien parada. Al contrario: al hacer el balance te das cuenta de que estás a mitad del camino, quizás no has hecho lo suficiente para sonreír.
Quizás eres mejor persona, pero falta mucho para ser la adorada mujer que necesita tu pareja.
Yo lo único que quiero es ser feliz. Feliz en mis frivolidades y en mi lado más profundo. Quiero tener carteras Louis Vuitton en mi clóset y quiero que mi pareja duerma todas las noches a mi lado. Quiero hacer el amor todos los días y quiero escribir mi libro. Quiero ir de vacaciones a México y quiero estudiar una maestría. Quiero comprarme una casa y quiero imaginar que algún día me animaré a ser mamá.
Nunca calculé cómo sería mi vida a los 33. No esperaba nada mejor tampoco. Me veía siempre en un bar. Hoy no gusto tanto de los bares como antes. Hoy solo quiero una copa, buena música y velitas encendidas.
Quiero pintarme las canas y disimular los rollos, pero quiero también tener tiempo para caminar y para pensar que los 34 no me sorprenderán con otro fracaso encima.
33 es una edad clave: no eres ni tan joven ni tan vieja. Estás en el punto medio, donde las decisiones deben ser equilibradas. No puedes seguir fallando tantas veces. No vale equivocarse tantas veces. Ya basta de meter la pata.
Hay algo más que deseo, y no sé que es, pero a veces cuando sueño lo tengo claro. Al despertar lo olvido. No sé de qué se trata. Quizás necesite ser mamá, quizás debería animarme a tomarme un año sabático como mi parejita pretende, quizás tantas cosas. Quizás tendría que dejar de escuchar a Calamaro, Sabina y Chavela. Yo no sé qué pasa en ese sueño. No lo sé. Solo sé que en unas horas tendré 33 años y algo parecido a la felicidad da vueltas a mi alrededor.

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